(1) Masquil de Etán ezraÃta. (2) Las misericordias de YIHWEH cantaré perpetuamente; Con mi boca haré notoria tu fidelidad a todas las generaciones. (3) Porque yo dije: Para siempre está edificada la misericordia; En los cielos mismos afirmarás tu fidelidad. (4) Hice pacto con mi escogido, Juré a David mi siervo: (5) Para siempre estableceré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las generaciones. (6) Asà alabarán los cielos tus maravillas, oh YIHWEH, Y tu fidelidad en la congregación de los santos. (7) Porque ¿quién en los cielos se comparará a YIHWEH? ¿Quién entre los hijos de los poderosos se comparará a YIHWEH? (8) Dios temible en la gran asamblea de los santos, Y temible de todos los que están a su alrededor. (9) Oh YIHWEH Dios de los ejércitos, ¿quién como tú, oh YIHWEH, poderoso como tú? Y tu fidelidad te rodea. (10) Tú tienes dominio sobre la soberbia bravura del mar; Cuando se levantan sus ondas, tú las calmas. (11) Aplastaste a Rahab como a un muerto; Esparciste a tus enemigos con el brazo de tu poder. (12) Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; El mundo y su plenitud; tú los fundaste. (13) El norte y el sur, tú los creaste; Tabor y Hermón se regocijan en tu nombre. (14) Tuyo es tu brazo con poder; Fuerte es tu mano, y exaltada tu diestra. (15) Justicia y derecho son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de ti. (16) Bienaventurado el pueblo que sabe cantar de júbilo; (17) En tu nombre se alegran todo el dÃa, y en tu justicia son enaltecidos. (18) Porque tú eres la gloria de su poder, y en tu favor es enaltecido nuestro poder. (19) Porque de YIHWEH es nuestro escudo, y nuestro rey el Santo de Israel. (20) Entonces hablaste en visión a tus santos, y dijiste: He puesto el socorro sobre uno valiente, he enaltecido a un escogido de mi pueblo. (21) He hallado a David mi siervo, al que ungà con mi óleo santo; (22) Mi mano estará en él, y mi brazo lo fortalecerá. (23) No le exigirá enemigo, ni hijo de iniquidad lo afligirá. (24) Haré pedazos a sus adversarios delante de él, y heriré a los que lo aborrecen. (25) Pero mi fidelidad y mi misericordia estarán con él; (26) Pondré su mano sobre el mar, Y su diestra sobre los rÃos. (27) Y él me invocará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salvación. (28) Yo también le daré por primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra. (29) Para siempre le guardaré Mi misericordia, Y mi pacto será firme con él. (30) Haré que su descendencia perdure para siempre, Y su trono como los dÃas de los cielos. (31) Si abandonaren sus hijos Mi ley, Y no anduvieren en Mis ordenanzas, (32) Si profanaren Mis estatutos, Y no guardaren Mis mandamientos, (33) Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades. (34) Pero no quebrantaré de él Mi misericordia, Ni faltaré a Mi fidelidad. (35) No profanaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios. (36) Una vez he jurado por mi santidad: No seré infiel a David; (37) Su descendencia será eterna, Y su trono como el sol delante de mÃ. (38) Será firme para siempre como la luna, Y firme como el testigo en los cielos. (39) Mas tú desechaste y rechazaste, Te enojaste contra tu ungido. (40) Aborreciste el pacto de tu siervo; Profanaste hasta el suelo su corona. (41) Derribaste todos sus cercos; Has hecho ruinas sus fortalezas. (42) Todos los que pasan por el camino lo saquean; Es motivo de burla para sus vecinos. (43) Has exaltado la diestra de sus adversarios; Has alegrado a todos sus enemigos. (44) SÃ, revolviste el filo de su espada, y no le hiciste permanecer en la batalla. (45) Hiciste cesar su esplendor, y echaste por tierra su trono. (46) Acortaste los dÃas de su juventud; lo cubriste de vergüenza. (Selah) (47) ¿Hasta cuándo, oh YIHWEH, te esconderás para siempre? ¿Hasta cuándo arderá como fuego tu ira? (48) Acuérdate de cuán breve es mi vida; pues ¿para qué has creado a todos los hijos de los hombres? (49) ¿Qué hombre hay que viva y no vea la muerte, que libre su alma del poder del Seol? (Selah) (50) ¿Dónde están, oh YIHWEH, tus antiguas misericordias, Que juraste a David en tu fidelidad? (51) Acuérdate, Señor, del oprobio de tus siervos; Cómo llevo en mi seno el oprobio de tantos pueblos; (52) Con lo cual se burlaron tus enemigos, oh YIHWEH, Con lo cual burlaron los pasos de tu ungido. (53) Bendito sea YIHWEH por siempre. Amén, y amén.