(1) Saúl tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dos años sobre Israel. (2) Escogió, pues, Saúl tres mil hombres de Israel, de los cuales dos mil estaban con Saúl en Micmas y en el monte de Bet-el, y mil con Jonatán en Gabaa-benjamín; y envió al resto del pueblo cada uno a su tienda. (3) Jonatán derrotó a la guarnición de los filisteos que estaba en Geba, y los filisteos lo oyeron. Entonces Saúl tocó la trompeta por todo el país, diciendo: Oíd los hebreos. (4) Y todo Israel oyó decir que Saúl había derribado a la guarnición de los filisteos, y que Israel también se había hecho odioso a los filisteos. Y el pueblo se congregó en pos de Saúl en Gilgal. (5) Y los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros y seis mil hombres de a caballo, y pueblo en multitud como la arena que está a la orilla del mar; 6 Y los israelitas, viendo que estaban en apuros, y que el pueblo estaba en gran angustia, se escondieron en cuevas, en matorrales, en peñascos, en cavernas y en fosos. 7 Y algunos de los hebreos habían pasado el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl estaba aún en Gilgal, y todo el pueblo le seguía temblando. 8 Y esperó siete días, conforme al tiempo que Samuel había señalado; pero Samuel no vino a Gilgal, y el pueblo se dispersó de él. 9 Y dijo Saúl: Traedme el holocausto y los sacrificios de paz. Y ofreció el holocausto. 10 Y aconteció que cuando él acabó de ofrecer el holocausto, he aquí que Samuel venía, y le dijo: ¿Qué hacéis? (11) Y Samuel le dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se había dispersado de mí, y que tú no llegabas dentro de los días señalados, y que los filisteos se habían unido contra Micmas. (12) Por eso dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí en Gilgal, y yo no he implorado el favor de YIHWEH; me esforcé, pues, y ofrecí el holocausto. (13) Y Samuel dijo a Saúl: Locamente has obrado; no has guardado el mandamiento de YIHWEH tu Dios que él te había ordenado; pues ahora YIHWEH hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. (14) Pero ahora tu reino no será duradero; YIHWEH se ha buscado un hombre conforme a su corazón, al cual YIHWEH ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que YIHWEH te mandó. (15) Y se levantó Samuel, y subió de Gilgal a Gabaa-benjamín. Y Saúl pasó revista al pueblo que con él estaba, como seiscientos hombres. (16) Y Saúl y Jonatán su hijo, y el pueblo que con ellos estaba, se quedaron en Gabaa-benjamín; y los filisteos acamparon en Micmas. (17) Y los saqueadores salieron del campamento de los filisteos en tres escuadrones: un escuadrón se dirigió al camino que conduce a Ofra, a la tierra de Sual; (18) y otro escuadrón se dirigió al camino de Bet-horón; y otro escuadrón se dirigió al camino del límite que mira hacia el valle de Zeboim hacia el desierto. (19) Y no se halló herrero en toda la tierra de Israel, porque los filisteos decían: No sea que los hebreos se hagan espadas o lanzas; (20) Pero todos los israelitas descendieron a los filisteos para afilar cada uno su reja de arado, su reja de arado, su hacha y su azadón. (21) Y el precio de la afiladura era un pim por los azadones, las rejas de arado, las horcas de tres dientes y las hachas, y para afilar las aguijadas. (22) Y aconteció que el día de la batalla, no se halló espada ni lanza en mano de ninguno del pueblo que estaba con Saúl y con Jonatán; pero sí se halló en mano de Saúl y de Jonatán su hijo. (23) Y salió la guarnición de los filisteos hacia el paso de Micmas.