(1) Entonces todos los capitanes de las tropas, y Johanán hijo de Carea, y Jezanías hijo de Osaías, y todo el pueblo desde el menor hasta el mayor, se acercaron, (2) y dijeron al profeta Jeremías: «Te rogamos que nuestra súplica sea aceptada delante de ti, y ruega por nosotros a YIHWEH tu Dios, por todo este remanente, porque somos pocos de muchos, según nos ven tus ojos; (3) para que YIHWEH tu Dios nos indique el camino por donde debemos andar, y lo que debemos hacer.» (4) Y el profeta Jeremías les dijo: «Yo os he oído; he aquí, yo oraré a YIHWEH vuestro Dios conforme a vuestras palabras; y todo lo que YIHWEH os respondiere, yo os lo haré saber, y nada os negaré.» (5) Entonces dijeron a Jeremías: YIHWEH sea contra nosotros testigo verdadero y fiel, si no hiciésemos conforme a todo lo que YIHWEH tu Dios te enviare a nosotros. (6) Sea bueno o sea malo, obedeceremos a la voz de YIHWEH nuestro Dios, al cual te enviamos, para que nos vaya bien, obedeciendo a la voz de YIHWEH nuestro Dios. (7) Aconteció que al cabo de diez días vino palabra de YIHWEH a Jeremías. (8) Entonces llamó a Johanán hijo de Carea, y a todos los capitanes de las tropas que estaban con él, y a todo el pueblo desde el menor hasta el mayor, (9) y les dijo: Así dice YIHWEH el Dios de Israel, a quien me enviasteis para presentar vuestras súplicas delante de él: (10) Si os quedáis quietos en esta tierra, yo os edificaré, y no os destruiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque me arrepiento del mal que os he hecho. (11) No temáis del rey de Babilonia, de quien vosotros tenéis temor; no tengáis miedo de él, dice YIHWEH; porque con vosotros estoy yo para salvaros y para libraros de su mano. (12) Y os daré misericordia, y él tendrá misericordia de vosotros, y os hará volver a vuestra tierra. (13) Pero si decís: No permaneceremos en esta tierra, (14) para que no escuchéis la voz de YIHWEH vuestro Dios, (15) sino que iremos a la tierra de Egipto, donde no veremos guerra, ni oiremos sonido de trompeta, ni tendremos hambre de pan; y allí nos quedaremos. (16) Ahora, pues, oíd palabra de YIHWEH, remanente de Judá: Así ha dicho YIHWEH de los ejércitos, el Dios de Israel: Si vosotros os mostráis decididos a entrar en Egipto, y entráis para morar allá, (17) acontecerá que la espada que teméis os alcanzará allí en la tierra de Egipto, y el hambre que os teme os seguirá allí en Egipto, y allí moriréis. (18) Así será a todo hombre que oponga su rostro para entrar en Egipto para morar allí; a espada, de hambre y de pestilencia morirán; (18) Porque así dice YIHWEH de los ejércitos, Dios de Israel: Como se derramó mi ira y mi furor sobre los moradores de Jerusalén, así se derramará mi furor sobre vosotros cuando entréis en Egipto; y seréis objeto de execración, de espanto, de maldición y de oprobio; y no veréis más este lugar. (19) YIHWEH ha hablado acerca de vosotros, remanente de Judá: No entréis en Egipto; sabed de cierto que yo os lo he dicho hoy. (20) Porque contra vuestras almas habéis obrado engañosamente, pues me enviasteis a YIHWEH vuestro Dios, diciendo: Ora por nosotros a YIHWEH nuestro Dios, y haznos saber todo lo que YIHWEH nuestro Dios te dijere, y lo haremos. (21) Y yo os lo he dicho hoy; (22) Ahora, pues, sabed de cierto que a espada, de hambre y de pestilencia moriréis en el lugar adonde deseabais entrar para peregrinar allí.