(1) Así dice YIHWEH: Guardad el derecho y haced justicia, porque cercana está mi salvación para venir, y mi favor para manifestarse. (2) Bienaventurado el hombre que esto hace, y el hijo de hombre que se aferra a ello; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y guarda su mano de hacer todo mal. (3) No hable el extranjero que se allega a YIHWEH, diciendo: Ciertamente me apartará YIHWEH de su pueblo; ni diga el eunuco: He aquí yo soy un árbol seco. (4) Porque así dice YIHWEH acerca de los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que a mí me agrada, y se aferren a mi pacto: (5) Yo les daré en mi casa y dentro de mis muros un monumento y un memorial mejor que hijos e hijas; les daré un memorial eterno que nunca será raído. (6) También a los extranjeros que se allegaren a YIHWEH para servirle, y amen el nombre de YIHWEH para ser sus siervos; a todos los que guardaren el día de reposo para no profanarlo, y se aferraren a mi pacto; (7) Yo los traeré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos. (8) Dice YIHWEH el Señor, el que reúne a los esparcidos de Israel: Pero yo reuniré sobre él a otros, además de los que estén reunidos. (9) Todas las bestias del campo, venid a devorar, todas las bestias del bosque. (10) Sus atalayas, todos ciegos, sin conocimiento; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; delirantes, echados, aman el sueño. (11) También los perros son ávidos, no saben cuando tienen suficiente; (12) Venid, iré a buscar vino, y nos saciaremos de sidra; y el día de mañana será como este, o mucho más abundante.