(1) Y dirás en aquel día: «Te alabaré, oh YIHWEH, porque aunque te enojaste contra mí, tu furor se apartó, y me has consolado. (2) He aquí, Dios es mi salvación; confiaré, y no temeré; porque YIHWEH es mi fortaleza y mi cántico, y él me ha sido salvación.» (3) Por tanto, sacaréis con alegría aguas de las fuentes de la salvación. (4) Y diréis en aquel día: «Alabad a YIHWEH, proclamad su nombre, publicad entre los pueblos sus obras, recordad que su nombre es enaltecido. (5) Cantad a YIHWEH, porque ha hecho maravillas; esto se ha hecho notorio en toda la tierra. (6) Clama y grita, moradora de Sión, porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.»